Introducción

Pasión por el cine

Soy aficionado al cine. Lo he sido desde niño. Probablemente igual que tú si estás leyendo este libro. Además, soy coleccionista de muchas cosas. La aparición del vídeo en los años ochenta del siglo pasado nos dio la oportunidad a los amantes de esta cultura del celuloide de grabar y coleccionar nuestras películas favoritas. La calidad no era muy buena, pero suficiente para aficionados poco exigentes, aunque muy entregados a esta suerte de tecnología que acababa de aparecer.

Las cadenas de televisión, principalmente las autonómicas, han programado siempre espacios cinematográficos dedicados a filmes del Oeste. Ello me permitió en una primera etapa ir grabando películas míticas como Horizontes lejanos, Solo ante el peligro, Raíces profundas, Centauros del desierto, Horizontes de grandeza o Los siete magníficos.

La presentación del DVD a principios del presente siglo y su versión mejorada con el formato Blu-Ray ha puesto en nuestras manos, a nuestro alcance, casi todas las películas producidas a lo largo de la historia por los grandes y pequeños estudios cinematográficos con una excelente calidad de imagen y sonido, a un precio muy aceptable.

Las películas mejores, que tienen mayor número de ventas, suelen ser objeto de tiradas especiales con una grabación más cuidada, en muchos casos con la imagen remasterizada. Las bandas sonoras antiguas, en algunos casos, se han mejorado digitalizándolas al formato Dolby Digital con, al menos, dos canales de salida. Las más modernas ya incorporan sonido digital de cinco o siete canales. No hay que olvidar que, además, incorporan subtítulos, por si queremos escuchar el film en versión original.

Estas grabaciones, además, contienen una gran cantidad de extras que a los amantes del cine nos introducen cada día un poco más en los secretos del mismo.

En paralelo, el desarrollo de la televisión digital y los nuevos formatos de pantallas planas, cada día más grandes, con mejores prestaciones tanto acústicas como visuales y progresivamente más económicas, nos permiten montar en nuestra casa pequeñas salas de cine. Es un placer ver cintas modernas con una extraordinaria definición de imagen y unas excelentes bandas sonoras.

He ido coleccionando todas aquellas películas que desde pequeño me gustaron, acumulando un elevado número de discos. Su ordenación es aparentemente sencilla. Las bases de datos informáticas son de una ayuda inestimable. Pero la tarea de mantenerlas al día debe ser constante, incorporando los títulos que vamos comprando.

Las películas producidas de este género, el Western, son incontables. El recorrido de este libro comienza con los films rodados desde finales de los años treinta hasta nuestros días. En esas fechas, con un título mítico como La diligencia (John Ford, 1939) el género se hizo mayor. Mi colección de discos se compone de unos cuatrocientos títulos. Aproximadamente la mitad de los que se han editado de este género, pero entre los mismos, indudablemente, están los mejores.

La ordenación primaria y con pocos títulos puede hacerse por orden alfabético, pero resulta poco eficiente cuando ya se dispone de un elevado grupo de películas. La clasificación que recomiendo es por géneros: aventuras, bélicas, Western, policiacas, etc., y dentro de cada género, por año de producción; y dentro de cada año, por orden alfabético.

Pero a medida que vamos acumulando títulos de cada género se hace imprescindible definir subgéneros. Su definición es una tarea complicada, con una elevada carga de subjetividad. Hacer esta tarea me fue encaminando hacia la escritura de textos de cada subgénero, que, en los dedicados al Western, fue el primer paso para la edición de este libro. En los apéndices se recogen los listados de la colección de mis películas.

Espero tener tiempo para dedicar libros similares a otros géneros, tales como la ciencia ficción, las aventuras o el cine bélico, que siempre me han gustado. E, igualmente, espero que como aficionado al cine te resulte interesante este libro.